20.05.2015

Coffeebook Tarragona o la moda hipster llega a la provincia.

Como podréis ver ya por mi presentación en la barra lateral, soy muy detallista con las cosas que me rodean y me encantan sitios bonitos, montados con buen gusto, con su estilo propio y en clave moderna. No es de extrañar que la moda de las cafeterías hipster me enamorara desde la primera vista. Me encanta el diseño natural, basado en materias primas: madera, algodón, colores de la tierra, todo eso en la estética un poco escandinava y, encima, con una filosofía de crear un espacio en el que el cliente se sienta a gusto, cómodo, como en el salón de su propia casa. ¿Mesas y sillas idénticas, colocadas en una línea recta? Ya están passé. Lo que reina ahora es caos controlado, desorden creativo: sofás y sillones, mesas enormes que los clientes comparten o mesillas minúsculas e íntimas. Colores, vajilla poco uniforme y oferta extraordinaria. Si se puede constatar que en el Norte de Europa, sin duda, este es el modelo de negocio que priva en el mercado desde hace unos meses (si no años) —ya lo podéis verificar si vais algún día a Berlín, Varsovia o mi querida ciudad natal, Poznan—, España se ve aún poco explotada en este sentido. Y, como siempre, la moda entra por las grandes metrópolis, y le cuesta llegar a ciudades más pequeñas. 

No es que niegue el placer que causa tomarse un café con leche en la terraza de alguna cafetería o bar de toda la vida un día de primavera como los que tenemos ahora (o incluso un relaxing cup of café con leche en la Plaza Mayor). Pero ese ambiente específico (que aprecio tanto también porque me recuerda mi ciudad, Poznan) me faltaba en Tarragona, donde vivo ahora. Hasta hace poco. 

Mi último descubrimiento es una cafetería inspirada en la estética hipster, que está ubicada fuera del centro de la ciudad, pero enfrente de una de las facultades de la Universitat Rovira i Virgili. Gracias a eso el local se llena de estudiantes y gente joven (aunque no son los únicos que aprecian el espacio para trabajar o simplemente charlar tomando algo). Lo único que me falta en aquel sitio sería un surtido más amplio de productos (¿caffé latte grande, macchiato, refrescos alternativos?). Aún así, me parece estupendo que empiecen a surgir estos sitios coloridos y abiertos, que aportan frescura a la ciudad y puede que vayan cambiando para mejor también el sentido de estética de los habitantes de nuestra ciudad. Espero que cada vez surjan más sitios tan bonitos donde se pueda descansar bien y recargar las pilas. De momento os recomiendo la cafetería Coffeebook en Av. Països Catalans en Tarragona. 




Brak komentarzy:

Prześlij komentarz